top of page

Criterios de Evaluación

Según el Real Decreto 1105/2014, de 26 de septiembre, por el que se establece el currículo básico de la Educación Secundaria Obligatoria y del Bachillerato en el segundo artículo del primer capítulo define los criterios de evaluación como “el referente específico para evaluar el aprendizaje del alumnado. Describe aquello que se quiere valorar y que el alumnado debe lograr, tanto en conocimientos como en competencias; responden a lo que se pretende conseguir en cada asignatura”.

Siguiendo la argumentación de Binaburo podemos decir que la evaluación constituye un elemento y proceso fundamental en la práctica educativa, así como el eje vertebrador de todas las piezas que componen el engranaje curricular.

La evaluación se configura como un proceso que facilita la posibilidad de revisar y modificar los procedimientos didácticos empleados a lo largo del desarrollo de la programación atendiendo a las necesidades que se vayan detectando.

La evaluación como proceso colabora a mejorar la tarea de enseñanza-aprendizaje porque motiva el aprendizaje, diagnostica las dificultades y permite una orientación para su superación, aumenta la capacidad de retención y transferencia de los aprendizajes, y ayuda a precisar los objetivos.

Los criterios de evaluación permiten ajustar y adecuar la práctica educativa al contexto personal de los alumnos así como determinar si los objetivos de la etapa o la materia se han cumplido satisfactoriamente.

El diseño curricular es abierto y flexible, lo que permite adaptar las diversas necesidades de aprendizaje de los alumnos, es decir, una evaluación individualizada en la que se fijan las metas que el alumno ha de alcanzar a partir de los criterios derivados de su propia situación de aprendizaje inicial.

Los criterios de evaluación están estrechamente relacionados con los contenidos concretos, que se señalan en los bloques de contenidos de las diversas áreas del currículo. El binomio formado por los criterios de evaluación y por los contenidos constituye el ámbito de las intenciones educativas que se describen en el diseño curricular.

Los criterios de evaluación tratan de especificar unos modelos de conducta que expliciten el grado de consecución y las estrategias de aprendizaje diseñadas por los tres tipos de contenidos, y que nos puedan indicar hasta dónde hemos llegado en el desarrollo de las capacidades previstas.

En todo criterio de evaluación se ensamblan dos aspectos que lo pueden hacer más eficiente: un contenido de carácter general (un conjunto de conductas) y un criterio para emitir el juicio de valor. Se evalúan capacidades y no conductas o resultados. La evaluación sirve para orientar al alumno  y para guiarlo en su proceso de enseñanza-aprendizaje.

La finalidad de la evaluación educativa es principalmente orientar al alumno y al profesor sobre determinados aspectos del proceso de educación (metodología, recursos, adaptaciones curriculares, detección de necesidades educativas especiales…).

La evaluación debe ser continua e individualizada. Esta evaluación exige una evaluación inicial para diagnosticar el punto de partida del alumno en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Y en segundo lugar debe ser individualizada, se deben seleccionar por medio de indicadores unas metas que el alumnado ha de alcanzar en función de su situación inicial; este modelo recibe el nombre de criterial. El modelo criterial se opone a la evaluación normativa de acuerdo a una norma general previa que desconoce las características personales del alumno.

 

En el caso de nuestra programación realizada para un curso de 4º de la ESO, los criterios de evaluación son los siguientes (pinchar aquí).

bottom of page